Una buena forma de ayudar a los adolescentes es conocer qué es la adolescencia y porque esos años son tan difíciles para ellos, y para sus progenitores. A medida que los niños crecen, los padres tienen que cambiar psicológicamente, incorporando nuevos conocimientos, puesto que los adolescentes sienten, piensan y actúan de una forma muy diferente de como lo hacían de niños. La labor de los padres es muy difícil por muchas razones. En primer lugar, no hay una preparación previa para esa función tan importante. La inmensa mayoría de los padres no están bien preparados para la tarea que se les vienen encima, con todas las implicaciones personales y sociales. La mayoría hace lo que sus padres hicieron con ellos, o cosas diferentes si tienen malos recuerdos. De cualquier manera, siempre hay un desfase cultural entre lo que era importante social y culturalmente en nuestra época, y el tiempo que le ha tocado vivir a nuestros hijos. Las normas de otros tiempos, no se ajustan siempre a las situaciones presentes, creando tensiones y malentendidos entre las generaciones. Hoy, la educación de los jóvenes se ha complicado más, por el hecho que, en la mayoría de los hogares, ambos padres trabajan; y cuando llegan a casa, están física y emocionalmente cansados, haciendo más difícil, pero no imposibilitando, la atención a los problemas de los hijos. La televisión, Internet y los videojuegos son los nuevos pedagogos tecnológicos. Esto crea un distanciamiento psicológico con los padres que, además de dificultar el acercamiento emocional, impide el ejercicio sereno y provechoso de la autoridad. Ver, en exceso, la televisión o la práctica de los videojuegos les impide dedicar el tiempo necesario para la realización de las tareas escolares y el estudio Los niños al entrar en la adolescencia carecen de la experiencia de los adultos, les falta la madurez neurológica (que no se alcanzará hasta los 25 años), no tienen el conocimiento y el control necesario para gestionar satisfactoriamente sus nuevos impulsos y experiencias, y con una menor protección de sus padres. El cerebro del adolescente depende de la amígdala cerebral, más que del córtex pre-frontal. La amígdala es un conjunto de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales, y forma parte del sistema límbico; cuyo papel principal, es el procesamiento y almacenamiento de las reacciones emocionales. El sistema límbico se desarrolla mas rápidamente que el córtex pre-frontal en los adolescentes, y gana en la toma de sus decisiones. Al depender, en mayor medida, de la amígdala que del córtex pre-frontal, los adolescentes tienen dificultad de analizar objetivamente su conducta personal. Se ha dicho, muchas veces, que el cerebro del adolescente es como un coche con un buen acelerador pero con unos frenos débiles. Por eso, los padres tienen que poner límites, deben, de vez en cuando, “echar el freno”. A lo largo de este libro, dedicado a encontrar formas de mejorar el futuro de nuestros hijos, pretendemos ofrecer respuestas a las preguntas que se hacen la mayoría de los padres conscientes de sus deberes.
"synopsis" may belong to another edition of this title.