Las hombres, pues, son los factores de la historia, y son tales por aquella fuerza viva de la necesidad, que el humanismo de Feuerbach habia puesto en claro. Pero Feuerbach permanecia en el naturalismo, poniendo a la humanidad en relacion y en lucha solo con un obstaculo y un adversario siempre externo y estaticamente igual: la naturaleza. Marx, en vez, realiza el transito al historicismo, poniendo a la humanidad dinamicamente en relacion y en lucha continua consigo misma, es decir, con sus mismas creaciones historicas, con la propia actividad pasada, creadora de condiciones, de relaciones y de formas sociales. Asi, Marx alcanza la vision de la continuidad que se entrelaza y se liga con la oposicion, de la unidad que se identifica con la misma dialectica de los contrastes; de la historia, en una palabra, que recoge en si las antitesis y las sintesis y se constituye con ellas. (...) He aqui la historia como praxis, mas bien como subversion de la praxis, es decir, lucha constante. Lucha en el interior de la sociedad humana y en su desarrollo, en cuanto cada fase de este desarrollo exige un ajustamiento por el cual las fuerzas activas operantes se sistematizan en formas o relaciones juridicas; que, por lo demas, representan el constituirse de intereses diferenciados, o sea, de grupos, de capas, de clases. (...) La historia de la sociedad humana es, asi, enteramente historia de luchas de clases, en cuanto que es continuo conflicto de las fuerzas dinamicas contra la estatica de las formas y de las relaciones constituidas. Rodolfo Mondolfo
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