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Toma mi corazón (Spanish Edition) - Softcover

 
9780307475428: Toma mi corazón (Spanish Edition)
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El nuevo bestseller de la reina del suspense
 
En su nuevo y apasionante thriller, Mary Higgins Clark explora la batalla legal sobre la inocencia o culpabilidad de un hombre acusado de matar a su mujer, sobre el trasfondo de un poco conocido fenómeno médico donde el receptor de un transplante de corazón percibe las emociones y recuerdos del donante.
 
La joven abogada Emily Wallace se enfrenta al caso más importante de su carrera. Hace dos años la popular actriz Natalie Raines fue asesinada en su propia casa y su ex marido, Gregg Aldrich, ha sido desde entonces el principal sospechoso. A pesar de haberse dedicado en cuerpo y alma a la preparación del caso contra Aldrich, Emily pasa por constantes momentos de duda cuando comienza el juicio. Por un lado, simpatiza con la madre de la asesinada, pero también, desde el primer momento, con Gregg. ¿De dónde provienen esas dudas? ¿Y esos sentimientos tan contradictorios? Emily tiene una corazonada y no dejará de investigar, aunque el juez haya dictado sentencia y aunque ponga su propia vida en peligro.

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About the Author:
Mary Higgins Clark nació en Nueva York y cursó estudios en la Universidad de Fordham. Está considerada una de las más destacadas autoras del género de intriga, y sus obras alcanzan invariablemente los primeros puestos en las listas de bestsellers internacionales. Entre su ingente producción destacan, entre otras, El último adiós, No puedo olvidar tu rostro, Un extraño acecha, Por siempre mía , Pálida como la luna, Noche de paz, Testigo en la sombra, La estrella robada, La fuerza del engaño , En defensa propia, Dos niñas vestidas de azul y La misma canción.
Excerpt. © Reprinted by permission. All rights reserved.:
1

Fue la persistente sensacion de que se avecinaba un desastre, y no la tormenta del nordeste, la que hizo que Natalie huyera de Cape Cod y volviera a New Jersey el lunes por la manana antes de que amaneciera. Habia albergado la esperanza de encontrar refugio en la acogedora casa del cabo que habia sido de su abuela y ahora era de ella, pero la gelida aguanieve que azotaba las ventanas no habia hecho mas que aumentar el terror que experimentaba. Luego, cuando un apagon habia sumido la casa en la oscuridad, se habia quedado desvelada, convencida de que todos los sonidos que oia los hacia un intruso.

Despues de quince anos, estaba segura de que habia descubierto por casualidad quien habia estrangulado a su companera de piso, Jamie, cuando las dos eran jovenes actrices que luchaban por abrirse camino. Y el sabe que yo lo se, penso; lo vi en sus ojos.

El viernes por la noche el habia ido con un grupo de personas a la ultima representacion de Un tranvia Ilamado deseo en el teatro Omega. Ella interpretaba a Blanche DuBois, el papel mas exigente y satisfactorio de su carrera hasta la fecha. Habia recibido criticas maravillosas, pero el papel habia tenido un grave efecto emocional en ella. Por ese motivo, despues de la funcion, cuando alguien Ilamo a la puerta de su camerino, sintio la tentacion de no contestar. Pero abrio, y todos entraron en tropel para felicitarla, y de repente lo reconocio. Ahora rondaba los cincuenta y la cara se le habia redondeado, pero sin duda era la persona cuya foto habia desaparecido de la cartera de Jamie cuando habian hallado su cadaver. Jamie se habia mostrado muy reservada con respecto a el, al que unicamente se referia como Jess, como lo Ilamo carinosamente, segun decia.

Me quede tan sorprendida que cuando nos presentaron lo Ilame Jess, penso Natalie. Todo el mundo hablaba atropellandose, asi que estoy segura de que nadie se percato. Pero el me oyo decir su nombre.

A quien se lo puedo contar? Quien me creeria? Mi palabra contra la de el? Mi recuerdo de una pequena foto que Jamie habia escondido en su cartera? La encontre porque le habia dejado mi tarjeta de credito y la necesitaba. Ella estaba en la ducha y me dijo que la sacara de su cartera. Fue entonces cuando vi la foto, metida en uno de los compartimientos, detras de un par de tarjetas de visita.

Lo unico que Jamie me conto sobre el es que habia probado suerte en el mundo de la interpretacion, pero no era lo bastante buen actor y que habia prometido divorciarse. Yo trate de decirle que era la historia mas vieja del mundo, recordaba Natalie, pero ella no quiso escucharme. Ambas habian compartido piso en el West Side hasta la terrible manana en que Jamie fue estrangulada cuando hacia footing en Central Park. Su cartera estaba en el suelo y le faltaban el dinero y el reloj. Y tambien la foto de Jess. Se lo dije a la policia, seguia recordando, pero no se lo tomaron en serio. Se habian producido una serie de atracos de madrugada en el parque, y estaban convencidos de que Jamie habia resultado ser una de las victimas, casualmente la unica victima mortal.
Habia estado diluviando en Rhode Island y Connecticut, pero a medida que Natalie recorria Palisades Parkway, comenzo a escampar. Conforme avanzaba vio que las carreteras se estaban secando.
Estaria a salvo en casa? No estaba segura. Veinte anos antes, despues de enviudar, a su madre, que habia nacido y se habia criado en Manhattan, le produjo satisfaccion vender la casa y comprar un pequeno piso cerca del Lincoln Center. El ano anterior, cuando Natalie se separo de Gregg, tuvo noticias de que la modesta casa del norte de New Jersey en la que se habia criado estaba otra vez en venta.
-Natalie-le advirtio su madre-, estas cometiendo un grave error. Creo que es una locura que no intentes salvar tu matrimonio. Volver corriendo a casa nunca es la solucion. No puedes recrear el pasado.
Natalie sabia que era imposible que su madre entendiera que la esposa que Gregg deseaba y necesitaba era alguien que ella jamas podria ser.
-Fui injusta con Gregg al casarme con el-dijo-. el necesitaba una mujer que fuera una madre para Katie, y yo no puedo serlo. El ano pasado estuve fuera de casa seis meses. La cosa no funciona. Sinceramente, creo que cuando me vaya de Manhattan, entendera que nuestro matrimonio ha acabado.
-Sigues enamorada de el-insistio su madre-. Y el de ti.
-Eso no significa que seamos buenos el uno para el otro.
Tengo razon en eso, penso Natalie, mientras tragaba saliva para deshacer el nudo que se le formaba en la garganta cuando se permitia pensar en Gregg. Ojala pudiera hablar con el de lo que habia ocurrido el viernes por la noche. Que le diria? Gregg, se con seguridad quien mato a mi amiga Jamie, pero no tengo la mas minima prueba que me respalde. Que hago? No se lo podia preguntar. Existian muchas posibilidades de que fuera incapaz de resistirse si el le pedia que lo volvieran a intentar. Pese a que le habia mentido y le habia dicho que le interesaba otro hombre, Gregg no habia dejado de Ilamarla por telefono.
Cuando salio de la avenida y se metio en Walnut Street, Natalie cayo en la cuenta de que tenia muchas ganas de tomar un cafe. Habia conducido sin parar, y eran las ocho menos cuarto. Un dia normal a esas horas ya se habria tomado como minimo dos tazas.
La mayoria de las casas de Walnut Street, en Closter, habian sido derribadas y sustituidas por viviendas de lujo. Ella solia bromear diciendo que ahora tenia setos de dos metros a los lados de su casa, lo que le ofrecia intimidad total respecto a sus vecinos. Anos antes, los Keene vivian a un lado y los Foley al otro. Hoy dia apenas sabia quienes eran sus vecinos.
Percibio algo hostil al enfilar el camino de entrada de la casa y apretar el mando a distancia para abrir la puerta del garaje. Mientras la puerta empezaba a levantarse, sacudio la cabeza. Gregg tenia razon al decir que se convertia en todos los papeles que interpretaba. Antes de la tension del encuentro con Jess, ya tenia los nervios destrozados, como Blanche DuBois.
Metio el coche en el garaje y freno, pero por algun motivo no apreto el mando a distancia inmediatamente despues para cerrar la puerta. En lugar de ello, abrio la portezuela del coche del lado del conductor, abrio la puerta de la cocina y entro.
Entonces noto que unas manos enguantadas la arrastraban hacia el interior, la obligaban a darse la vuclta y la derribaban. Dio con la cabeza contra el suelo de madera noble, lo que envio oleadas de dolor a traves del craneo; aun asi, vio que el agresor Ilevaba un chubasquero de plastico y los zapatos cubiertos con plasticos.
-Por favor-dijo Natalie-, por favor.-Levanto las manos frente a la pistola que le apuntaba al pecho.
La respuesta de el al ruego de Natalie fue el chasquido que sono cuando el desconocido desbloqueo el seguro del arma.
2
A las ocho menos diez, puntual como siempre, Suzie Walsh salio de la carretera 9W y se dirigio a la casa de la que era su jefa desde hacia mucho tiempo, Catherine Banks. Durante treinta anos habia sido la asistenta de aquella viuda de setenta y cinco anos. Llegaba a las ocho de la manana y se marchaba despues de comer, a la una del mediodia, todos los dias laborables.
Ferviente aficionada al teatro, Suzie estaba encantada de que el ano anterior la famosa actriz Natalie Raines hubiera comprado la casa situada al lado de la de la senora Banks. Natalie era la actriz favorita de Suzie. Tan solo dos semanas antes, la habia visto en una de las representaciones limitadas de Un tranvia Ilamado deseo y habia Ilegado a la conclusion de que nadie podria haber interpretado mejor a la fragil heroina Blanche DuBois, ni siquiera Vivien Leigh en la pelicula. Con sus facciones delicadas, su cuerpo esbelto y su cascada de pelo rubio claro, era la viva encarnacion de Blanche.
Hasta entonces Suzie no habia coincidido cara a cara con Raines. Siempre tenia la esperanza de encontrarse con la actriz algun dia en el supermercado, pero todavia no habia sucedido. Siempre que iba en el coche a trabajar por la manana, o cuando volvia a casa por la tarde, Suzie procuraba pasar despacio por delante de la casa de Raines, aunque por la tarde le obligaba a dar la vuelta a la manzana para Ilegar a la autopista.
Ese lunes por la manana Suzie casi hizo realidad su sueno de ver a Natalie Raines de cerca. Cuando pasaba por delante de su casa, Raines estaba saliendo de su coche. Suzie suspiro. Ese simple atisbo de su idolo fue como una chispa de magia para ella.
Ese mismo lunes a la una del mediodia, tras despedirse alegremente de la senora Banks y equipada con una lista de la compra para la manana siguiente, Suzie se metio en su coche y salio del camino de entrada de la casa dando marcha atras. Vacilo por un instante. No existia ni una posibilidad contra un millon de que viera a Natalie Raines dos veces el mismo dia y ademas estaba cansada; pero la costumbre se impuso, giro a la izquierda y paso despacio por delante de la casa de al lado.
Entonces paro bruscamente. La puerta del garaje de Raines estaba abierta y tambien la del lado del conductor de su coche, exactamente como estaban por la manana. Ella nunca dejaba la puerta del garaje abierta, y desde luego no era la clase de persona que dejaba abierta la puerta del coche todo un dia. Tal vez deberia ocuparme de mis asuntos, penso Suzie, pero no puedo.
Se metio en el camino de entrada de la residencia y salio del coche. Entro en el garaje con paso vacilante. Era pequeno, y tuvo que cerrar a medias la puerta del coche de Raines para Ilegar a la puerta de la cocina. Para entonces estaba convencida de que pasaba algo. Al echar un vistazo al coche habia descubierto un bolso en el asiento del pasajero y una maleta en el suelo de la parte de atras.
Cuando Ilamo a la puerta de la cocina y vio que no respondian, espero, y a continuacion, incapaz de marcharse insatisfecha, giro el pomo. La puerta no estaba cerrada con Ilave. Aun temiendo que terminaran deteniendola por ingreso ilegal, algo hizo que Suzie abriera la puerta y entrara en la cocina.
Entonces se puso a gritar.
Natalie Raines estaba desplomada en el suelo de la cocina, con su jersey de punto manchado de sangre. Tenia los ojos cerrados, pero de sus labios brotaba un grito tenue de dolor.
Suzie se arrodillo junto a ella al tiempo que sacaba el movil de su bolsillo para marcar el numero de emergencias.
-El ochenta de Walnut Street, en Closter-grito a la operadora-. Natalie Raines. Creo que le han disparado. Deprisa. Deprisa. Se esta muriendo.
Colgo el telefono. Mientras acariciaba la cabeza de Natalie, dijo en tono tranquilizador:
-Senora Raines, se pondra bien. Van a mandar una ambulancia. Llegara en cualquier momento, se lo aseguro.
El sonido de los labios de Natalie ceso. Un instante despues su corazon se paro.
Su ultimo pensamiento fue la frase que Blanche DuBois pronuncia al final de la obra: Siempre he dependido de la bondad de los extranos.
3
La noche anterior habia sonado con Mark, uno de esos suenos vagos y decepcionantes en los que oia su voz y lo buscaba por una casa oscura y cavernosa. Emily Kelly Wallace se desperto con el familiar peso que solia instalarse en su cabeza despues de esa clase de suenos, pero decidio que ese dia no iba a permitir que se apoderara de ella.
Echo un vistazo a Bess, la perra maltesa de cuatro kilos que su hermano Jack le habia regalado por Navidad. Bess se hallaba profundamente dormida en la otra almohada; la vision de la perra le proporciono un consuelo inmediato. Emily salio de la cama, agarro la bata que siempre tenia a mano en el frio dormitorio, cogio a Bess, que se desperto de mala gana, y bajo la escalera de su casa de Glen Rock, New Jersey, en la que habia vivido la mayor parte de sus treinta y dos anos de vida.
Despues de que una bomba en una carretera de Irak arrebato la vida de Mark tres anos atras, habia decidido que no queria seguir viviendo en el piso que habian compartido. Aproximadamente un ano despues, cuando ella se estaba recuperando de una operacion, Sean Kelly, su padre, le habia cedido su modesta casa de estilo colonial. Viudo desde hacia muchos anos, iba a volver a casarse y se trasladaria a Florida.
-Em, es lo mas sensato-le habia dicho-. No hay hipoteca. Los impuestos no son altos. Conoces a la mayoria de los vecinos. Intentalo. Luego, si prefieres hacer otra cosa, vendela y tendras la entrada para otra casa.
Pero ha salido bien, penso Emily mientras entraba a toda prisa en la cocina con Bess bajo el brazo. Me encanta vivir aqui. La cafetera conectada a un temporizador a las siete de la manana estaba anunciando con un chirrido que el cafe estaba listo. Su desayuno consistia en un zumo de naranja recien exprimido, un bollo tostado y dos tazas de cafe. Emily cogio la segunda taza y subio corriendo la escalera para ducharse y cambiarse de ropa.

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  • PublisherVintage Espanol
  • Publication date2010
  • ISBN 10 0307475425
  • ISBN 13 9780307475428
  • BindingPaperback
  • Number of pages336
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Clark, Mary Higgins
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