“No se trata de un libro escrito por mí, sino que me ha ocurrido a mí”. —Neale Donald Walsch
Había llegado al límite. Se encontraba en ese momento en que el dolor —el peor dolor, el que produce la soledad de espíritu —amenazaba con llevarle a la más terrible desesperación. ¿Qué mejor prueba podía tener de la inexistencia de Dios que su sufrimiento sin sentido? Y si Dios existiera ¿no podría, en su soledad, hablarle? Fue este último gesto de esperanza el que obró el milagro.
A partir de esta reveladora experiencia, Conversaciones con Dios es la transcripción del más infrecuente —aunque quizá el más necesario— de los diálogos, a través del cual se revela un Dios tolerante, conocedor profundo de las virtudes y las debilidades del ser humano y, por ello, más interesado en proponernos una actitud en la vida que en exigirnos rígidas normas. Un Dios, pues, humano, en la medida en que los hombres estamos hechos a Su imagen y semejanza.
Sencilla, clara y, sobre todo, esperanzadora, Conversaciones con Dios es una obra que tiene vocación de dejar huella, de ayudar a los seres humanos a ver sus relaciones con Dios desde otra perspectiva, de permitirles ser mejores sin por ello deshumanizarse con un exceso de exigencias.
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Neale Donald Walsch nació en Milwaukee en el seno de una familia católica que le enseñó a nunca temer a Dios. Tras abandonar la universidad, se dedicó al periodismo radiofónico, a la prensa escrita, al marketing y a diversos negocios, aunque no encontró satisfacción en ninguno de estos campos. Lo mismo le sucedía en su vida privada, con cuatro matrimonios seguidos de reñidos divorcios. Tras un accidente de coche que casi le costó la vida, la imposibilidad de trabajar y su último divorcio lo dejaron en la calle, donde vivió varios meses. En 1992, harto de las idas y vueltas de su tormentosa vida, decidió escribirle una carta a Dios. En ese momento, Neale escuchó una voz que respondió con candor a sus preguntas. Mientras escribía esas cartas llenas de preguntas, las respuestas afluían a su mente y él las escribía. Así nació Conversaciones con Dios, traducido a más de treinta y siete idiomas y con milliones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Además de esta serie, ha publicado otros doce libros y viajado por todo el mundo intentando transmitir su mensaje. Actualmente vive en Oregón con Nancy, su esposa y compañera.
1
En la primavera de 1992 --recuerdo que fue por Pascua--,
un fenomeno extraordinario ocurrio en mi vida. Dios empezo a
hablar conusted. A traves mio.
Me explicare.
En aquella epoca era muy infeliz, personal, profesional y emocionalmente,
sentia que mi vida era un fracaso a todos los niveles. Dado que,
desde hacia anos, habia adquirido el habito de escribir mis
pensamientos en forma de cartas (que normalmente nunca
enviaba), cogi mi fiel cuaderno de papel amarillo tamano folio, y
empece a volcar mis sentimientos.
Esa vez, en lugar de escribir
otra carta a otra persona de la que yo imaginaba ser una victima,
pense que iria directamente a la fuente; directamente al mayor
ÇvictimizadorÈ de todos. Decidi escribir una carta a Dios.
Fue
una carta rencorosa, apasionada, Ilena de confusiones,
deformaciones y condenas. Y un monton de enojosas
preguntas.
ÀPor que mi vida no funcionaba? ÀQue haria que
Ilegara a funcionar? ÀPor que no lograba ser feliz en mis
relaciones? ÀSiempre iba a escaparseme la experiencia de
disponer de suficiente dinero? Finalmente --y sobre todo-- Àque
habia hecho yo para merecer una vida de continua lucha como la
que tenia?
Para mi sorpresa, cuando hube acabado de
garabatear toda mi amargura, mis preguntas sin respuesta, y me
disponia a dejar la pluma, mi mano se quedo suspendida sobre el
papel, como si la sostuviera una fuerza invisible. De repente, la
pluma empezo a moverse por si misma. No sabia en absoluto lo
que estaba a punto de escribir, pero parecia que iba a acudir una
idea, de modo que decidi dejarme Ilevar. Y lo que salio fue:
ÀRealmente deseas una respuesta a todas esas preguntas, o
simplemente te estas desabogando?
Parpadee . . . y entonces
surgio una respuesta en mi mente. La escribi tambien:
ÇLas
dos cosas. Es verdad que me estoy desahogando; pero, si esas
preguntas tienen respuesta, Átan cierto es que quiero oirlas como
que hay infierno!È
Muchas cosas son ciertas . . . Çcomo que
bay infiernoÈ. Pero Àno seria mas agradable que lo fueran
Çcomo que bay CieloÈ?
Y escribi:
ÇÀQue se supone que
significa eso?È
Sin que yo lo supiera, habia empezado una
conversacion . . . y, mas que escribir por mi cuenta, estaba
escribiendo al dictado.
Este dictado duro tres anos, y durante
ese tiempo no tenia la menor idea de como acabaria. Las
respuestas a las preguntas que yo expresaba en el papel no me
Ilegaban hasta que no terminaba de escribir completamente cada
pregunta y apartaba mis propios pensamientos. A menudo las
respuestas me Ilegaban mas de prisa de lo que podia escribir;
entonces tenia que garabatear rapidamente para no quedarme
atras. Cuando me sentia confuso, o desaparecia la sensacion de
que las palabras me Ilegaban de otra parte, dejaba la pluma e
interrumpia el dialogo hasta que de nuevo me sentia ÇinspiradoÈ
--lo siento: es la unica palabra que realmente resulta apropiada--
para volver a coger mi cuaderno de papel amarillo tamano folio y
reanudar la transcripcion.
Esas conversaciones todavia duran
en el momento en que estoy escribiendo esto. Y la mayor parte se
encuentra en las siguientes paginas . . . las cuales contienen un
asombroso dialogo que al principio no podia creer, que luego
supuse que me resultaria personalmente valioso, pero que ahora
comprendo que estaba destinado a otras personas y no solo a mi.
Estaba destinado a usted y a cualquiera que acceda a este
material, puesto que mis preguntas son tambien las suyas.
Deseo que intervenga en este dialogo lo antes posible, ya que lo
realmente importante no es mi historia, sino la suya. Es la historia
de su vida la que aqui se presenta. Y si este material es
importante, lo es para su experiencia personal. De lo contrario no
estaria usted aqui, con el en las manos, en este momento.
Asi
pues, vamos a iniciar el dialogo con una pregunta que me habia
estado formulando durante mucho tiempo: Àcomo habla Dios, y a
quien? Cuando la plantee, he aqui la respuesta que obtuve:
Hablo a todo el mundo. Constantemente. La cuestion no es a
quien hablo, sino quien me escucha.
Intrigado, le pedi a Dios
que me lo explicara mejor. Y esto es lo que dijo:
En primer
lugar, vamos a cambiar la palabra bablar por la palabra
comunicarse. Es un termino mucho mejor; resulta mas completo y
mas apropiado. Cuando tratamos de hablar a otros --tu a Mi, Yo
a ti--, inmediatamente nos vemos restringidos por la increible
limitacion de las palabras. Por esta razon, no me comunico
unicamente con palabras. En realidad, rara vez lo hago. Mi modo
usual de comunicarme es por medio del sentimiento.
El
sentimiento es el lenguaje del alma.
Si quieres saber hasta que
punto algo es cierto para ti, presta atencion a lo que sientes al
respecto.
A veces los sentimientos son dificiles de descubrir, y
con frecuencia aun mas dificiles de reconocer. Sin embargo, en
tus mas profundos sentimientos se oculta tu mas alta verdad.
El truco esta en Ilegar a dichos sentimientos. Te mostrare como.
De nuevo. Si tu quieres.
Le dije a Dios que si queria, pero que
en ese momento deseaba aun mas una respuesta completa y
detallada a mi primera pregunta. He aqui lo que Dios me dijo:
Tambien me comunico con el pensamiento. El pensamiento y los
sentimientos no son lo mismo, aunque pueden darse al mismo
tiempo. Al comunicarme con el pensamiento, a menudo utilizo
imagenes. Por ello, los pensamientos resultan mas efectivos como
berramientas de comunicacion que las simples palabras.
Ademas de los sentimientos y pensamientos, utilizo tambien el
vehiculo de la experiencia, que es un magnifico medio de
comunicacion.
Y finalmente, cuando fallan los sentimientos, los
pensamientos y la experiencia, utilizo las palabras. En realidad, las
palabras resultan el medio de comunicacion menos eficaz. Estan
mas sujetas a interpretaciones cquivocadas, y muy a menudo a
malentendidos.
ÀY eso por que? Pues debido a lo que son las
palabras. Estas son simplemente expresiones: ruidos que expresan
sentimientos, pensamientos y experiencia. Son simbolos. Signos.
Insignias. No son la Verdad. No son el objeto real.
Las
palabras le pueden ayudar a uno a entender algo. La experiencia
le permite conocerlo. Sin embargo, hay algunas cosas que uno no
puede experimentar. Por eso os he dado otras herramientas de
conocimiento: son los llamados sentimientos; y tambien los
pensamientos.
La suprema ironia del asunto es que vosotros
hayais dado tanta importancia a la Palabra de Dios, y tan poca a
la experiencia.
En efecto, dais tan poco valor a la experiencia
que, cuando vuestra experiencia de Dios difiere de lo que habeis
oido sobre Dios, automaticamente desechais la experiencia y os
quedais con las palabras, cuando deberia ser precisamente lo
contrario.
Vuestra experiencia y vuestros sentimientos sobre
algo representan lo que efectiva e intuitivamente sabeis acerca de
ello. Las palabras unicamente pueden aspirar a simbolizar lo que
sabeis, y a menudo pueden confundir lo que sabeis.
Asi pues,
esas son las herramientas con las que Yo me comunico; aunque
no sistematicamente, pues ni todos los sentimientos, ni todos los
pensamientos, ni toda la experiencia ni todas las palabras
proceden de Mi.
Muchas palahras ban sido pronunciadas por
otros en Mi nombre. Muchos pensamientos y muchos
sentimientos ban sido promovidos por causas que no son
resultado directo de Mi creacion. Y muchas experiencias se
derivan tambien de dichas causas.
La cuestion consiste en
discernir. La dificultad estriba en saber la diferencia entre los
mensajes de Dios y los que proceden de otras fuentes. Esta
distincion resulta sencilla con la aplicacion de una regla basica:
Vuestro Pensamiento mas Elevado, vuestra Palabra mas Clara,
vuestro Sentimiento mas Grandioso, son siempre Mios. Todo lo
demas procede de otra fuente.
Con ello se facilita la labor de
diferenciacion, ya que no deberia resultar dificil, ni siquiera para el
principiante, identificar lo mas Elevado, lo mas Claro y lo mas
Grandioso.
No obstante, te dare algunas directrices:
El
Pensamiento mas Elevado es siempre aquel que encierra alegria.
Las Palabras mas Claras son aquellas que encierran verdad. El
Sentimiento mas Grandioso es el llamado amor.
Alegria,
verdad, amor.
Los tres son intercambiables, y cada uno lleva
siempre a los otros. No importa en que orden se encuentren.
Una vez determinado, utilizando estas directrices, que mensajes
son Mios y cuales proceden de otra fuente, lo unico que falta es
saber si Mis mensajes seran tenidos en cuenta.
La mayoria de
Mis mensajes no lo son. Algunos, porque parecen demasiado
buenos para ser verdad. Otros, porque parece demasiado dificil
seguirlos. Muchos, debido simplemente a que se entienden mal.
La mayoria, porque no se reciben.
Mi mensajero mas potente
es la experiencia, e incluso a esta la ignorais; especialmente a esta
la ignorais.
Vuestro mundo no se hallaria en el estado en que
se encuentra si simplemente hubierais escuchado a vuestra
experiencia. El resultado de que no escucheis a vuestra
experiencia es que seguis reviviendola, una y otra vez; puesto que
mi proposito no puede verse frustrado, ni mi voluntad ignorada.
Teneis que recibir el mensaje. Antes o despues.
Sin embargo,
no os forzare. Nunca os coaccionare; ya que os he dado el libre
albedrio --la facultad de hacer lo que querais--, y nunca jamas os
lo quitare.
Asi pues, seguire enviandoos los mismos mensajes
una y otra vez, a lo largo de milenios y a cualquier rincon del
universo en el que habiteis. Seguire enviando infinitamente Mis
mensajes, hasta que los hayais recibido y los hayais escuchado
con atencion, haciendolos vuestros.
Mis mensajes pueden
venir bajo un centenar de formas, en miles de momentos, durante
un millon de anos. No podeis pasarlos por alto si realmente
escuchais. No podeis ignorarlos una vez los hayais oido
verdaderamente. De este modo nuestra comunicacion empezara
en serio, ya que en el pasado unicamente Me habeis hablado, Me
habeis rezado, habeis intercedido ante Mi, Me habeis suplicado.
Pero ahora puedo responderos, siquiera sea como lo estoy
haciendo en este momento.
ÀComo puedo saber que esta
comunicacion procede de Dios? ÀComo se que no se trata de mi
propia imaginacion?
ÀQue diferencia habria? ÀNo ves que
puedo utilizar tu imaginacion con la misma facilidad que cualquier
otro medio? Te traere los pensamientos, palabras o sentimientos
exactamente apropiados; y en un determinado momento,
precisamente cuando me venga bien para mi proposito, utilizare
alguna sentencia, o varias.
Sabras que esas palabras proceden
de Mi porque tu, espontaneamente, no has hablado nunca con
tanta claridad. Si hubieras hablado ya con claridad de tales
asuntos, no te preguntarias acerca de ellos.
ÀCon quien se
comunica Dios? ÀSe trata de personas especiales? ÀEn
momentos especiales?
Todo el mundo es especial, y todos los
momentos son buenos. No hay ninguna persona que sea mas
especial que otra, ni ningun momento que sea mas especial que
otro. Mucha gente decide creer que Dios se comunica de
maneras especiales y unicamente con personas especiales. Esto
libera a las masas de la responsabilidad de escuchar Mi mensaje,
y aun mas de aceptarlo (esa es otra cuestion), y les permite
quedarse con lo que dicen otros. No teneis que escucharme,
puesto que ya habeis decidido que otros Me han oido acerca de
todos los asuntos, y teneis que oirles a ellos.
Al escuchar lo
que otras personas piensan que Me han oido decir, vosotros no
teneis que pensar en absoluto.
Esta es la razon principal de
que la mayoria de la gente eluda Mis mensajes a nivel personal. Si
uno reconoce que recibe Mis mensajes directamente, entonces es
responsable de interpretarlos. Es mucho mas seguro y mucho mas
facil aceptar la interpretacion de otros (aunque se trate de otros
que han vivido hace 2.000 anos) que tratar de interpretar el
mensaje que uno puede muy bien estar recibiendo en este mismo
momento.
No obstante, te propongo una nueva forma de
comunicacion con Dios. Una comunicacion de doble direccion.
En realidad, eres tu quien me la ba propuesto a Mi, ya que he
venido a ti, en esta forma, aqui y ahora, en respuesta a tu
llamada.
ÀPor que algunas personas --como, por ejemplo,
Jesucristo-- parecen escuchar mas lo que Tu comunicas que
otras?
Porque algunas personas estan verdaderamente
dispuestas a escuchar. Estan dispuestas a oir, y estan dispuestas a
permanecer abiertas a la comunicacion aun cuando lo que oyen
parezca espantoso, disparatado o manifiestamente equivocado.
ÀDebemos escuchar a Dios aun en el caso de que lo que diga
nos parezca equivocado?
Especialmente cuando parece
equivocado. Si creeis que estais en lo cierto respecto de algo,
Àpara que necesitais hablar con Dios?
Seguid adelante,
actuando segun vuestro entender. Pero observad lo que habeis
estado haciendo desde el principio de los tiempos. Y mirad como
es el mundo. Evidentemente, en algo habeis fallado; y es obvio
que hay algo que no entendeis. Lo que si entendeis ha de
pareceros correcto, puesto que ÇcorrectoÈ es un termino que
utilizais para designar aquello con lo que estais de acuerdo. Por lo
tanto, aquello que se os escapa aparecera, en un primer
momento, como ÇequivocadoÈ.
La unica manera de adelantar
en esto es preguntandose uno mismo: ÇÀQue pasaria si todo lo
que considero "equivocado" fuese realmente "correcto"?È. Todos
los grandes cientificos conocen esta pregunta. Lo que hace el
cientifico no es simplemente trabajar; el cientifico cuestiona todos
los presupuestos y prejuicios. Todos los grandes descubrimientos
han surgido de la voluntad, de la capacidad, de no estar en lo
cierto. Y eso es lo que se necesita en este caso.
No podeis
conocer a Dios hasta que hayais dejado de deciros a vosotros
mismos que ya conoceis a Dios. No podeis escuchar a Dios hasta
que dejeis de pensar que ya habeis escuchado a Dios.
No
puedo deciros Mi Verdad hasta que vosotros dejeis de decirme
las vuestras.
Pero mi verdad acerca de Dios procede de Ti.
ÀQuien lo ha dicho?
Otros.
ÀQue otros?
Predicadores. Vicarios. Rabinos. Sacerdotes. Libros. ÁLa Biblia,
por amor de Dios!
Esas no son fuentes autorizadas.
ÀNo
lo son?
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